Esta afección renal es una de las principales causas de muerte prematura en pacientes con diabetes. Surge cuando los riñones pierden su capacidad de filtrar los productos de desecho de la sangre y se puede prevenir de diversas formas.
Los riñones son los encargados de la función renal en el organismo humano, por lo que se les considera órganos vitales. De forma microscópica, un riñón está formado por miles de unidades funcionales (células) llamadas nefronas, que desempeñan la tarea de limpiar la sangre y eliminar a través de la orina los desechos metabólicos que esta contenga. Este sistema es puesto en peligro cuando se manejan niveles elevados de glicemia (glucosa en sangre), dado que los riñones deben realizar un trabajo adicional, filtrando más sangre de la que deberían.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las personas con diabetes son 17 veces más propensas a presentar nefropatía que el resto de la población. Se trata de una complicación crónica que tarda varios años en manifestarse clínicamente y que puede presentarse en varias etapas o estados del 1 al 5.
En la diabetes mellitus tipo 1 (DM1), el riesgo de que se presente nefropatía es de un 30 a un 40% tras sufrir la enfermedad por un período de 25 a 30 años. Tanto el avance como la gravedad de la nefropatía guardan relación con la hiperglicemia y la hipertensión; por tal razón, es importante que las personas con diabetes chequeen con frecuencia tanto sus niveles de glicemia como su presión arterial.
Entre los factores que pueden disminuir el daño ocasionado por esta patología, se incluyen: un control meticuloso de la glicemia –debido a que la hiperglicemia moderada aumenta el riego sanguíneo renal–; revisión minuciosa de la presión arterial; y restricción de la ingesta de proteínas –dado que causan un incremento del flujo sanguíneo en los riñones–.
Estrategias de prevención
Las personas con diabetes pueden prevenir la nefropatía manteniendo su glicemia dentro del rango normal –entre 70 y 100 mg/dl (miligramos por decilitro de sangre)–. En tal sentido, en la medida que el paciente controle sus niveles de glucosa en sangre y su presión arterial, tendrá menos posibilidades de padecer nefropatía diabética.
Para detectar la enfermedad a tiempo, es necesario que los pacientes con diabetes vigilen por lo menos una vez al año su presión arterial, la cual puede llegar a reducirse considerablemente: perdiendo peso corporal, comiendo menos sal, haciendo ejercicio regular y evitando las bebidas alcohólicas y el tabaco. Quienes han sufrido por más de cinco años diabetes tipo 1 y tienen más de 12 años de edad, deben hacerse un examen de microalbuminuria, al menos una vez por año, pues este sirve –dado el caso– para indicar y prevenir una posible afección renal.
Conozca más sobre cómo prevenir la neuropatía diabética.