La diabetes tipo 2 es una afección crónica común que, de no ser tratada adecuadamente, puede llegar a comprometer varios órganos del cuerpo. Existen diversas formas de reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad que presentan 442 millones de adultos alrededor del mundo. Aquí, una serie de recomendaciones para evitar o retrasar la aparición de este tipo de diabetes.
La diabetes tipo 2 (antes llamada diabetes ‘no insulinodependiente’ o ‘del adulto’) radica en la incapacidad del cuerpo para usar de forma eficaz la insulina –hormona que produce el páncreas, cuya tarea es regular la cantidad de glucosa (azúcar) que circula en la sangre–. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), a menudo, la diabetes mellitus tipo 2 (DM2) surge como consecuencia del exceso de peso o la inactividad física, por lo que es importante mantener una alimentación balanceada y ejercitarse con regularidad.
Factores como la genética, la edad y el historial familiar incrementan las posibilidades de desarrollar DM2 y son inmodificables. Sin embargo, hay otros aspectos que también aumentan el riesgo y que, a diferencia de los mencionados, pueden evitarse.
A diferencia de la diabetes mellitus tipo 1 (DM1) –que se presenta cuando el páncreas deja de producir insulina una vez que el sistema inmunitario destruye las células beta (que producen la insulina), al confundirlas con invasores dañinos–, la diabetes tipo 2 sí se puede prevenir. Aquí, cuatro recomendaciones para evitar esta patología que, a nivel mundial, afecta a una de cada 11 personas.
1. Hágase pruebas de glucosa con regularidad
Los análisis de sangre pueden detectar prediabetes y diabetes tipo 2. La Asociación Americana de la Diabetes (ADA) recomienda que las pruebas se hagan a partir de los 45 años y, en adelante, cada 3 años. En caso de que existan factores de riesgo, los exámenes deben realizarse antes de la edad señalada. Algunas de las pruebas recomendadas son:
a.- Hemoglobina glicosilada, que se practica para conocer el control metabólico del azúcar en la sangre durante los tres meses anteriores a la prueba;
b.- glicemia en ayunas, un nivel de glicemia en ayunas mayor de 100 y menor de 126 mg/dl (miligramos por decilitro de sangre) indica prediabetes, mientras uno de 126 mg/dl o más, sugiere diabetes;
c.- prueba de tolerancia oral a la glucosa, que es útil, entre otros fines, para diagnosticar diabetes gestacional (durante el embarazo).
2. Conserve un peso saludable, haga ejercicio
El riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 se puede reducir en más del 50% al hacer ejercicio con frecuencia. La pérdida de peso corporal es más factible por medio de la ingesta de alimentos saludables y de una actividad física regular, la cual ayuda a disminuir el riesgo de sufrir diabetes y enfermedades cardíacas. La recomendación es realizar ejercicio moderado durante 30 minutos al día, por 5 días a la semana. La OMS recomienda 150 minutos semanales para tener en control metabólico los niveles de azúcar, la presión arterial, el colesterol, los triglicéridos y el peso corporal.
3. Lleve una dieta sana y equilibrada
La buena alimentación se obtiene con la ingesta de alimentos nutritivos, equilibrando las proteínas, grasas y carbohidratos, al igual que las vitaminas y minerales. Tanto los dulces, como las bebidas y los alimentos procesados deben evitarse o comerse con moderación.
4. Reduzca el estrés
En un amplio sentido, el estrés puede llegar a afectar los índices de azúcar en la sangre. Por una parte, las personas pueden descuidar sus buenos hábitos alimenticios y dejar de realizar ejercicio regular cuando se enfrentan a situaciones complejas. Por otra, altos niveles de estrés pueden elevar de forma significativa el azúcar en la sangre. Se recomienda entonces emplear técnicas de relajación como la respiración profunda, la meditación o, simplemente, tomarse un tiempo para relajarse siempre que sea necesario.