A ellos se les conoce como los mejores amigos del hombre, por estar ahí “en las buenas y en las malas”. Ahora, tras ser publicados los resultados de un estudio que evaluó la relación entre tener canes y realizar una mayor actividad física, son varios los beneficios que se suman a la lista de ventajas de compartir la vida con un compañero peludo.
Según una reciente investigación de la Glasgow Caledonian University (GCU) –en Escocia–, los perros, dueños de un oído y un olfato privilegiados, ayudan a mejorar en gran medida la actividad física de una persona, al punto de acercarla al logro de los niveles de ejercicio que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda con la finalidad de optimizar: las funciones cardiorrespiratorias y musculares; la salud ósea y funcional; y reducir el riesgo de ENT (enfermedades no transmisibles), depresión y deterioro cognitivo.
Ya han pasado al menos 20 o 40 mil años desde que inició la ‘amistad’ del hombre con los canes, y desde entonces la humanidad ha podido evidenciar la forma en la que estos animales domésticos nos han beneficiado. De hecho, diversos estudios han probado que simplemente su presencia en casa ha sido útil tanto para reducir el estrés cotidiano, como para alterar la microbiota intestinal de los bebés y así disminuir en ellos el riesgo de alergias, asma y obesidad.
¿Por qué una persona hace más ejercicio si tiene un perro?
Para establecer el grado de actividad física que una persona debe realizar, la OMS divide en tres grupos –según edades– a los seres humanos: Los jóvenes, de 5 a 17 años; los adultos, de 18 a 64; y los adultos mayores, de 65 años en adelante. Para las dos últimas categorías, la recomendación es dedicar como mínimo 150 minutos semanales a la práctica de actividad física aeróbica de intensidad moderada o, 75 minutos de ejercicio vigoroso por semana.
Son aproximadamente 800 las razas caninas que se expanden alrededor del mundo, las cuales varían en tamaño, temperamento, fisonomía, color y pelaje. Si bien es cierto que existe toda esa diversidad, sea cual sea su tipo, hay evidencia de que la posesión de perros ayuda a impulsar la actividad física de forma regular entre los adultos mayores; lo que podría reducir el riesgo de padecer diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer, entre otras patologías.
A través de monitores activPAL –instalados en el muslo de los participantes–, los investigadores de la GCU monitorearon por espacio de un año a un amplio grupo de personas, siendo la mitad de ellas propietarias de perros, mientras el otro resto no.
La investigación arrojó que los propietarios de canes caminaron, en promedio, 22 minutos más por día que quienes no tenían perros. Además, los resultados indicaron que los dueños de estas mascotas duraron sentados menores periodos de tiempo y que dieron en total dos mil 760 pasos diarios más que las otras personas evaluadas.
Como es de suponer, tras la obtención de esos resultados, los investigadores del estudio sugieren a los profesionales de la salud que promuevan la tenencia de perros, sobre todo en los adultos mayores. Esto, con el objetivo de conseguir que dicha población incremente su actividad física, a la vez que goce de la compañía y de los múltiples beneficios que trae consigo un amigo de cuatro patas.