Un estudio de la Universidad de Porto, Portugal, demuestra que consumir determinadas cantidades de cafeína al día tiene sus beneficios, asociados a una probable reducción del riesgo de mortalidad en personas con diabetes.
En materia de salud, por mucho tiempo el café no fue visto con buenos ojos. De hecho, hace más de dos décadas fue clasificado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como “posiblemente carcinógeno para los seres humanos”, debido a limitadas sospechas que le relacionaban con el cáncer de páncreas. Sin embargo, luego de revisar más de mil estudios, la OMS anuló en 2016 ese indicio, manifestando que no existían pruebas de la carcinogenicidad de esta bebida con alto contenido de cafeína que, según los hallazgos de una nueva investigación, tiene la capacidad de reducir el riesgo de muerte –en más de un 50 por ciento– en las mujeres con diabetes.
Los poderes de la cafeína
La cafeína es la sustancia que hace que el café sea un poderoso estimulante del sistema nervioso central y que a su vez funcione como un antioxidante natural. Estudios previos al de la Universidad de Porto han demostrado que el consumo de café o té –que también contiene cierta cantidad de cafeína– está asociado con una mejor sensibilidad a la insulina y con un mejor control de la glicemia postprandial (después de la comida) en personas con diabetes.
El estudio, dirigido por el Doctor João Sérgio Neves y el Profesor Davide Carvalho, encontró que las mujeres que solían consumir hasta 100 miligramos de cafeína (una taza de café) a diario tenían un 51 por ciento menos de probabilidades de morir de forma prematura frente a las que no ingerían esta sustancia.
Aquellas que tomaban entre una y dos tazas diarias de cafeína registraron un 57 por ciento menos de riesgo de muerte prematura, en comparación a las que no consumían esta sustancia proveniente de los granos –tostados y molidos– producidos por una planta tropical llamada cafeto.
Por otra parte, al establecer un paralelo entre las no consumidoras y las que tomaron la cafeína del té, se identificó una reducción del 80 por ciento del riesgo de muerte por cáncer en éstas últimas.
Es así como el café, una bebida que empezó a tomarse en Etiopía (al norte de África) en el siglo XV y que en la actualidad es el segundo líquido más consumido en el mundo –después del agua–, ha demostrado tener un efecto protector contra la mortalidad. Un dato alentador para los amantes del café, quienes al día beben cerca de 2 mil 250 millones de tazas alrededor del planeta.